Espero tu llamada a sabiendas
de que la probabilidad de que suene
es ridículamente ínfima
pero cada noche tengo el teléfono
pegado a mi cuerpo ansioso.
Cuando me voy a dormir al amanecer
y sigo sin una señal
siento ganas de no despertar más
pero si no lo hiciera
la probabilidad sería menor que escasa.
Te envío mensajes que no contestas
y sueño que tu orgullo obsesivo
un día se vuelve en tu contra
y al menos pasas la mitad de noches que yo en vela
echándome de menos hasta la desesperación.
Puede que pases horas hablando con otro
mientras me emociono cuando veo una llamada perdida
deseando con todas las fuerzas que sea tuya
o cuando daría mi libreta por un mensaje
donde reconozcas que te equivocaste.
No lo sé y no voy a poder soportar
esta incertidumbre muchos meses más.
Llama pronto
o mi corazón comunicará siempre...

Qué genial, cacho feo, me acabo de enterar que tienes un blog (; esta guay
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