1/01/2012

En sus brazos...

Los mismos ojos tristes de ayer,
las mismas náuseas al levantarme,
el río oliendo a montañas de cadáveres,
la polución sedando a la humanidad,
los sueños de un niño adulterado
y desquiciado por el estruendo de lo absurdo
que no deja dormir al que lo escucha con el corazón.
El mismo castigo de no poder abrazarte
diciéndote: " Me bastas como excusa para vivir".
Las mismas verdades que follan con las mentiras a medias
que nos decimos para no estallar,
los gritos amordazados para no llamar a su destinataria,
cómplices de mi cadena perpetua con juicio amañado,
verdugos de mi condena o muerte paralela 
burlándose de mi inocencia, sodomizando a mis abogados.
Los mismos torrentes de lágrimas invisibles
empujando y enterrando a la vez 
la última botella que lancé pidiendo socorro
en un papel en blanco para que ella escriba algo
que me retenga voluntariamente para siempre en sus brazos.

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