8/30/2015

Silencio egoísta.

Hace ya tanto que no se lo más mínimo de ti que ni espero señales, ni apenas puedo sufrir por todas las veces que lloré hasta no poder ver más que las noches que tal vez perdí sobre tu piel. No tuve más remedio que irme, aún así, no volviste ni siquiera para hacer más digno el fin.
Y aunque pienses "me odia" no llego a ese extremo, me odio a mi mismo por haberte echado tanto de menos. Ya no temo no saber jamás porque no diste explicaciones, te acordarás de mi cuando el autoengaño te abandone, pues no se puede huir siempre de la conciencia sucia, si queda algo de justicia un día has de añorar mi presencia. Hasta que al menos vomites el perdón que ya ni necesito, pero que es exigido por aquellos días tan bonitos.
Fuí como un niño al que van a gasear pero le dicen que sólo así podrá conquistar la libertad. ¿Y al final tantas noches para qué? Si te has ganado a pulso que este iluso no te vuelva a ver e imagino que mucho no te importará si ahora con él te sientes casi inmortal. O quizá un día llores desconsolada por haberme tratado así,  quizá necesites mis palabras ante la emboscada del silencio más hostil.

No hay comentarios:

Publicar un comentario